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Lo Humano de lo

Animal

homo sum, humani nihil a me alienum puto.

 

homo hómini lupus

 

ab uno disce omne

ti.

Se nace humano, o nos convertimos en humanos, es lo humano una condición de lo animal.

Dr. Oscar Venegas R.

Alergias-Inmunodeficiencias

Janequeo 187 Concepción

fono: 222 6456

Respuestas categóricas que pretenden definir qué es el ser humano, desde una posición generalmente ontológica y/o ideológica que persiguen una esencia, las encontramos en los ámbitos teológicos. mitológicos, filosóficos, retóricos, éticos y jurídicos. En otras perspectivas se sitúa la búsqueda científica del origen de la especie, tales como, históricas, biológicas, paleontológicas, antropológicas, genéticas, cognitivas y computacionales, pero no persiguen una esencia, sino una categorización que permite definir sólo los límites de la humanidad.

Es inobjetable que nuestra especie ha abandonado la dependencia de la naturaleza, para abrazar la dependencia de las herramientas, de la técnica, la tecnología es en parte, lo que nos ha convertido en humanos. 

Ninguna  otra especie lo había logrado hasta entonces y ninguna ha

igualado nuestra habilidad para desarrollar complicados utensilios. 

Ninguna  otra especie lo había logrado hasta entonces y ninguna ha

igualado nuestra habilidad para desarrollar complicados utensilios. 

Lo cual ha sido sustentado por un lento proceso evolutivo cognitivo, cuyo sustrato neuroquímico se asienta en las características morfo-funcionales del sistema nervioso central. El primer rasgo evidente es la enorme  cantidad de circunvoluciones de la corteza cerebral y la obviedad de las mismas. Las circunvoluciones permiten que el cerebro humano tenga una mayor área de corteza cerebral y debemos entender que toda la actividad cerebral de alto nivel se desarrolla en la corteza, por tanto entre más corteza mayor capacidad de proceso. Otra característica evidente en el  humano es el desarrollo del lóbulo frontal. Esta parte y en especifico  la que los neurobiólogos llaman área de asociación,  presenta un gran desarrollo, lo que da un aspecto redondeado a la parte delantera del cerebro humano. 

reposición  del  sacro,  estrechan 

significativamente el canal  del  parto. 

Sin  embargo,  la  postura  bípeda 

permite tener las manos libres para el 

cuidado  de  las  crías,  la  recolección 

del  alimento,  y  la  fabricación  de 

herramientas. Pérdida  relativa  del 

pelaje Nosotros somos “El  mono 

desnudo” descrito en 1967 por el

zoólogo  y  etólogo  inglés  Desmond  

Morris. Dado que  el pelaje es usado 

como aislante que permite  mantener 

caliente  el  cuerpo.  La  reducción  de 

pelo, la adición de grasa subcutánea, 

y  los  cambios  en  las  glándulas 

s u d o r í p a r a s  p o d r í a n  e s t a r 

relacionadas  con  una 

termorregulación  más  eficiente  que 

capacite a  los humanos  a  mantener 

altos  niveles  de  actividad  por 

periodos  más  largos  de  tiempo  sin 

sobrecalentarse.  No  s abemos 

exactamente  que  especie  ancestral 

perdió el pelaje, dado que solamente 

tenemos  fósiles de la  parte  dura  de 

nuestra anatomía, el esqueleto. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Características  sexuales 

secundarias. Comparativamente con 

las  de  los  otros  primates  el  pene 

humano es más largo que el de otros 

primates  (esto  incluye  que  es  más 

largo  que  el  del  gorila  o  el 

orangután.)  Es  posible  que  el 

bipedalismo  haya  contribuido  a  este 

cambio,  haciendo  que  el  órgano 

masculino pudiese alcanzar la vagina 

de la  hembra. También es de interés 

que este órgano  reproductivo  carece 

de  algo  que  casi  todos  los  otros 

machos  pr imates  ( y  todos  los 

machos  simios)  tienen  –un  hueso 

peniano-.   Este  hueso  a  veces  es 

llamado  el  os  penis o  báculo.  El 

macho  humano  usa  un  sistema 

hidráulico  de  erección  del  tejido 

eréctil  antes  que  tener  un  soporte 

interno  de  un  hueso.  Las  hembras 

humanas  se   caracterizan  por  sus 

pechos voluminosos, un copioso flujo 

menstrual  y  por  no  tener  una 

estación  especial  de  ovulación.  La 

ovulación  no  sólo  está  oculta  a  los 

machos  (a  diferencia  de  los  otros 

primates,  donde  la  ovulación  se 

advierte  por  cambios  físicos  y  de 

comportamiento en las hembras) sino 

también a las otras hembras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nuestra gestación  actual sería de 21 

meses  si  siguiéramos  el  patrón 

maduración  de  los  simios.  Ésta  es 

probablemente  la  innovación 

evolutiva  más  notable  dentro  de  los 

vivíparos,  que  nos  hace  humanos. 

Esta  característica  nos  permite  el 

desarrollo  de  la  inteligencia  base 

fundamental  para  la  generación  de 

nuestras culturas; parafraseando a H. 

Maturana:  “somos  seres  históricos 

bio-culturales  en  un  habitar  humano 

q u e  e s  p r e s e n t e  c o n t i n u o  y 

cambiante”.

El  pulgar  oponible.Agarra fuertemente  y  agarra  con  precisión. 

La capacidad  de oponer  el pulgar  es 

una  característica  de  los  primates. 

Sin  embargo,  la  oposición  es  más 

efectiva  en  la  mano  humana, por  la 

gran  longitud  del  pulgar  humano. La 

mano humana es única en la 

habilidad  de  manipular  herramientas. 

Aunque, el  uso  de  herramientas está 

ampliamente  documentado  en  otros 

primates, la  combinación  de  mano  y 

cerebro  han  hecho  del  uso  de  la 

herramienta  humana  casi  sinónimo 

con “ser humano”. 

Caminamos  erectos. Nuestra  forma 

de  desplazamiento  bípeda  cambió  la 

forma  de  nuestros huesos pélvicos y 

nuestras  piernas.  La  pelvis  humana 

es  totalmente  más  corta,  amplia  y 

profunda que la de los otros primates 

y mamíferos en general. El  hueso  de 

la   pierna, el  fémur  forma  un  ángulo 

cerrado  con  la   articulación  de  la 

rodilla.  El  dedo  mayor  del  pie  no 

puede  oponerse, está  alineado  a  los 

demás, lo cual es una adaptación a la 

marcha  bípeda  es table.  Es tas 

adaptaciones  al  bipedalismo  tienen 

un costo, entre otros dificultan el parto 

en los humanos. La estrecha cintura y 

la pelvis estrecha, combinada con la

El  pensamiento  metafórico,  es  otra 

de las particularidades de la  especie 

humana,  es  antecedente  del 

pensamiento  simbólico,  es  decir  el 

estado  del  pensamiento  complejo 

que  utiliza  secuencias  de  símbolos 

para el proceso de la información 

La imaginación. Como un ensayo de 

la   realidad,  está  presente  en  otros 

animales,  pero  limitada,  pues  se 

encuentra confinada por la dimensión 

del  tiempo.  Nuestra  capacidad  de 

,imaginación  está  muy  desarrollada 

lo que permite el manejo de una gran 

cantidad de variables y entre ellas, el 

tiempo.  Brindando  el  fundamento 

central  en  nuestra  búsqueda  del 

sentido  de  vivir: la  felicidad, que  en 

:su  esencia,  según  Immanuel  Kant 

“no es un ideal de la razón sino de la 

".imaginación 

La  generación  de  un  lenguaje 

Símbolos  que  refieren  nuestro 

sistema  de  comunicación,  es  otra 

característica  exclusivamente 

humana. Gracias a este  mecanismo 

de  transmisión  de  información,  de 

nuestra  experiencia  no  se  reduce  a 

una  vida  sino  que  puede  integrar 

periodos  más  largos  de  tiempo,  lo 

que  la  enriquece.  El  poder  de  esta 

transmisión de información es tal que 

es  capaz  de  alterar  la  conducta  y 

creencias  de  una  persona  o  una 

.sociedad de manera contundente 

La  cuestión  de  cuáles  son  las 

diferencias que nos hacen  humanos 

.es bastante más compleja  de definir 

Sin  embargo, me  permito  plantear  a 

continuación  siete  de  estas,  en 

referencia  a  nuestros  parientes 

simiescos  pr imates.  Tengamos 

presente  que  cada  una  de  estas 

características  juegan  un  papel 

."importante  en  “hacernos  humanos 

De  hecho,  podría  ser  que  en  la 

integración  de  estas  características 

sea  donde  podamos  encontrar 

.nuestra humanidad 

La  retención  de  la  tasa  de 

crecimiento  neural  después  del 

,nacimiento.   A  nivel  celular 

encontramos  que  no  menos  de 

30,000  sinapsis  se  forman  por 

segundo,  en  cada  centímetro 

cuadrado  en  el  córtex  cerebral 

durante  los  cinco  primeros  años  de 

vida.  Investigadores  como  Stephen 

Jay  Gould,  han   afirmado  que 

nosotros somos, esencialmente fetos 

extrauterinos por  los  primeros  cinco 

.años de nuestra vida

Sociabilidad  humana.  No  cabe  la 

menor duda de que evolucionamos 

para  ser  parte de  un  grupo;  como 

p r i m a t e s  s o m o s  s e r e s 

inherentemente  sociales,  esa  es 

nuestra naturaleza. Nuestro cerebro 

ha  evolucionado  al   interior  de 

grupos sociales en  el ámbito de los 

homínidos  durante  varios  millones 

de años,  determinando así  nuestra 

necesidad  de  congregarnos, 

cooperar  y comunicarnos con otros 

miembros de nuestra estirpe 

 Nuestro comportamiento social  ha 

sido un   tema  de discusión  desde 

los  tiempos  antiguos.  El  ser 

humano  es  un  ser  social,  afirman 

casi  todos  los  pensadores  y  no 

existe  prácticamente  ningún 

pensador  occidental  con  algún 

grado  de  influencia  que  no  haya 

tratado el tema, ya sea, a través de 

una  definición  del  ser,  de  la 

naturaleza  del  alma  o  de  la 

postulación de una ética o moral. 

En  la  sociabilidad  es  elemental 

entender  el rol de las emociones, al 

respecto vale la cita del antropólogo 

cognitivo Josep Maria Fericgla :“Las 

emociones deben entenderse como 

el  campo  básico  sobre  el  cual  se 

crea  la  red  de  conexiones  y 

prácticas sociales que devienen en

en sistemas y contenidos culturales. 

Las emociones  son  la  matriz sobre 

la que se mueve la vida social, son 

ti p o s  b á s i c o s  d e  c o n d u c ta s 

relacionales sobre las que se da la 

comunicación”. 

Desde  los  tiempos  de  los  sofistas 

se   polemiza  acerca  de  si  el 

comportamiento  social  humano 

posee  una  esencia  natural  o 

convencional. Los postulantes de la 

naturaleza  convencional  de  la 

sociabilidad  establecen  una 

dicotomía  entre  nuestra  naturaleza 

y  nuestra  sociabilidad. Argumentan 

que  la  sociabilidad  humana  es  la 

base  de  los  atributos  que  nos 

separan  de  los  animales,  ya  que 

ésta nos eleva de la brutalidad  y la 

barbarie,  estableciendo  la 

instauración  y  el  respeto  de  una 

ética o moral. 

En  todos  los  grupos  primates- 

incluyendo  a -Homo  sapiens 

sapiens-  el  gregarismo  es  una 

estrategia  biológica  antigua,  con 

una  profunda  raigambre  evolutiva, 

q u e  i n c l u s o  e s tá  c o d i fi c a d a 

genéticamente  y  expresada 

instintivamente,  se  robustece  y 

madura  en  la  convivencia  social, 

brillantemente  expresado  por  Carl 

Edward  Sagan:  “Alcanzamos  una

cierta  medida  de  madurez 

temible,  a  salvo  a  casa  a 

nuestros  hijos." Capacidades 

de la  conciencia. La  conciencia 

y su significado es considerado 

uno de los grandes enigmas de 

la  humanidad.  Sin  pretender 

definirla,  conceptualmente  en 

términos  generales,  reúne  un 

enorme  conjunto  de 

percepciones,  interpretaciones, 

sentimientos  y  pensamientos, 

que poseen los seres humanos 

en  torno  al  medio  que  los 

rodea, así como también con su 

mundo interno. 

La  psicopatología  plantea  que 

la  conciencia  posee  ciertas 

dimensiones  y  características. 

Entre  ellas  se  encuentra  “la 

verticalidad”,  la  que 

c o r r e s p o n d e  a l  g r a d o  d e 

claridad de la  conciencia, alerta 

o  vigilancia. Por  otra  parte,  “la 

horizontalidad”  es  aquella 

dimensión  que guarda  relación 

con  la  amplitud  del  campo  de 

conciencia,  además  posee  la 

característica  de la  reflexividad 

y  la  interioridad,  la  que  hace 

alusión  a  la  capacidad  para 

distinguir entre el mundo interno 

el mundo externo. 

Al finalizar vuestra lectura de la 

reflexión:  Lo  humano  de  lo 

animal,  y  sin  pretender abarcar 

to d o s  l o s  p l a n o s ,  n i  s e r 

concluyente,  me  permito 

p l a n t e a r ,  q u e  s o n  l a s 

capacidades de la conciencia  la 

base  misma  de  la  existencia  y 

realidad humana.

 

 

Educación para la vida.

 

 

“El hombre ignorante no es el iletrado, sino el que no se conoce a si mismo”. Krishnamurti.

 

"Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. Jean Paul Sartre

 

“Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida”. Claudio Naranjo.

 

En el contexto de mi trayectoria educacional al alero del sistema de educación pública chileno y de una experiencia de diecisiete años de docencia universitaria, en el ámbito de las ciencias de la salud humana, me permito compartir algunas reflexiones referidas a la educación, la cual no es un mero asunto de adiestrar la mente.

El actual modelo social post moderno de libre mercado global, es el principal promotor del consumismo impulsado por el miedo, y no de promover la felicidad de los seres humanos, para lo cual, además de utilizar los poderosos medios de comunicación, ha puesto sus intereses en distorsionar egoístamente la educación convencional, en cuanto a ser uno de los procesos profundamente transformantes de la conducta; replicando como si estuviéramos utilizando un molde, un tipo de ser humano cuyo interés principal es encontrar seguridad, llegar a ser alguien importante o divertirse, eludiendo la más mínima reflexión e impidiendo el pensar independiente; este amoldamiento no sólo nos condena a la mediocridad, sino también a la pasividad e indiferencia. Fenomenología que ha generado un modo de convivir, al cual he denominado “la sociedad de las 3 i”, que en lo cotidiano se vierte en inmediatez que no respeta los procesos, indiferencia con nuestro entorno e insensatez con una pérdida del sentido en lo cotidiano.

Ser diferente del grupo o resistir el entorno no es fácil, en tanto rindamos culto al éxito. El impulso de triunfar, en el mundo material o el anhelo de poder, pone fin a la espontaneidad y engendra miedo; el cual bloquea la inteligente comprensión de la vida, que llega con el conocimiento propio, mediante la percepción de nuestro propio pensar y sentir. Cuando asumimos la experiencia tal como se presenta y no evitamos las perturbaciones, sólo entonces, mantenemos la inteligencia altamente despierta, que es discernimiento directo, como la única guía verdadera en la vida, para conocer el significado de la vida y el para qué vivimos.

Si se nos educa tan sólo para lograr distinción social, para obtener un empleo mejor, para ejercer un dominio más amplio sobre los demás, para ser científicos, eruditos apegados a los libros, o especialistas adictos al conocimiento, estaremos contribuyendo a la destrucción y a la desdicha del mundo. Si bien existe un significado más elevado y vasto de la vida, poco valor tiene nuestra educación si no nos ayuda a descubrirlo. Podemos ser sumamente educados, pero si no hay en nosotros una integración profunda de pensamiento y de sentimiento, nuestras vidas serán incompletas, contradictorias, y se hallarán atormentadas por múltiples temores.

Ciertamente, el conocimiento que intentamos transmitir no tiene ningún valor si continuamos en esta confusión, y tampoco tiene significado inteligente adquirir capacidades técnicas, si las usamos competitivamente para destruirnos. Ningún sentido tiene nuestra existencia si ella nos conduce a la violencia y a la completa infelicidad, impidiendo averiguar el significado del vivir. Comprender la vida es comprendernos a nosotros mismos, y eso es tanto el principio como el fin de la educación, ya que dentro de cada uno de nosotros esta reunida la totalidad de la existencia.

Hace unos dos mil quinientos años, el Buda contaba la historia de unos ciegos que se hacían una idea de lo que era un elefante de acuerdo con la parte que tocaban de él, comparándolo uno a una palmera, otro a una cuerda, otro a un abanico, etc., según sus manos exploraran una pata, la cola, una oreja, u otras partes del animal. Esta historia, recogida más tarde por los sufíes, se ha hecho particularmente popular hoy en día, y con razón, pues expresa el 

 

florecimiento en el espíritu de nuestro tiempo de una comprensión cada vez más generalizada de que el todo es, efectivamente, algo más que la suma de sus diversas partes.

Este cambio de perspectiva sobre el mundo es sin duda reflejo de un proceso vivo: si en el ámbito intelectual estamos en una época de holismo, en términos más generales puede decirse que estamos en una era de síntesis. No sólo nos hemos vuelto más interdisciplinarios, más ecuménicos, más interculturales, sino que cada vez más vamos sintiendo la necesidad de tornarnos en personas completas en un mundo unificado.

 

Para dar origen a la educación para la vida, es obvio que debemos comprender el significado de la vida como una totalidad, y para eso tenemos que ser capaces de pensar, no mediáticamente, sino de manera directa y veraz. Un pensador mediático  es irreflexivo, pues se ajusta a un modelo, repite frases y piensa conforme a una rutina sesgada y egoísta, reflejando sólo la intención de gobiernos, religiones organizadas, partidos políticos y conglomerados económicos. El objeto de la educación es crear seres humanos integrados y, por lo tanto, inteligentes. Una persona que no ha estudiado puede ser más inteligente que una erudita. La inteligencia es la capacidad de percibir lo esencial, lo que es; y la educación consiste en despertar esta capacidad en uno mismo y en los demás.

La educación debe ayudarnos a descubrir valores auténticos y perdurables, debe ayudarnos a derribar nuestras barreras nacionales y sociales en vez de acentuarlas, porque las fronteras, cualquiera que sea su género, engendran antagonismo entre los seres humanos. Desgraciadamente, el sistema actual de educación nos vuelve serviles, mecánicos y profundamente irreflexivos. Aunque nos despierta intelectualmente, en lo interno nos deja incompletos, atontados y faltos de creatividad.

El propósito de la educación no es producir meros eruditos, técnicos y buscadores de empleos, sino seres humanos integrados y libres del miedo; porque únicamente entre seres humanos así puede haber paz duradera, basada en las confianzas, fundamentales para fortalecer el capital social, la verdadera riqueza de los pueblos. En tal sentido, plantear la educación como un bien de consumo, no es sólo un error de conceptos e intenciones económicas egoístas, sino evidencia un extravío del fundamento que le otorga sentido a todo proceso educacional, que debe ser siempre un bien social inclusivo.

En la comprensión de nosotros mismos, el miedo llega a su fin. Si el ser humano ha de fluir en la vida de instante en instante, si tiene que asumir sus complicaciones, sus desdichas y exigencias repentinas, debe ser infinitamente flexible y, por lo tanto, debe estar libre de dogmas y de patrones particulares de pensamiento. De nada sirve que aprendamos si en el proceso del vivir nos destruimos a nosotros mismos. Observando a nuestro alrededor es evidente que hay algo radicalmente erróneo en el modo como educamos a nuestros hijos.

Los sistemas, ya sean educativos o políticos, no cambian por arte de magia; se transforman cuando hay un cambio fundamental en nosotros. Lo que tiene importancia básica es el ser humano, no el sistema; y mientras el ser humano no comprenda la totalidad de sí mismo, en cuanto a ¿qué nos hace humanos?, por si solos ningún sistema político, social y/o religioso, podrá traer armonía y paz a nuestro mundo.

 

Dr. Oscar Venegas Rojas.  oscarvenegasr@gmail.com

Director Médico

Centro de Alergias e Inmunología del Sur

Concepción, Chile

 

Dr. Oscar Venegas Rojas.  oscarvenegasr@gmail.com

Director Médico

Centro de Alergias e Inmunología del Sur

Concepción, Chile

 

 

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