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EFECTO REBOTE

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El mito es pensar que para perder grasa debemos consumir menos calorías en alimentos. Esto lleva a muchos a realizar dietas restrictivas e hipocalóricas. Sin tener conocimiento que al ser sedentario y dejar de comer, ahorras calorías por dos medios: uno es el mencionado anteriormente y el segundo es que ocurre una respuesta fisiológica cuando el organismo se siente amenazado, adaptándose para aumentar reservas energéticas.
Con este tipo de dietas comenzaremos a perder kilogramos y no necesariamente de grasa, el problema es que la perdida también proviene de la masa muscular, por lo tanto, al ser la masa muscular más densa (1 kg. De músculo ocupa menos espacio que 1 kilo de grasa), esta pérdida muscular no se ve reflejada en las mediciones caseras con cintas, sino sólo diámetros disminuidos y en la balanza como pierden peso total.
Cuando dejamos de comer, estamos poniendo en riesgo nuestra supervivencia, ya que el comer es una necesidad fisiológica y al no hacerlo nuestro organismo entra en un estado de alerta generando una cascada de respuestas adaptativas y es aquí donde nos detendremos a explicar porque se produce el efecto rebote en una persona.

Respuestas adaptativas de una dieta restrictiva


Metabolismo más lento: Nuestro cuerpo disminuye el metabolismo basal, que son las calorías que quemamos en reposo, es decir, sólo para preservar la vida a través de todos nuestros procesos vitales como lo son, la respiración, la digestión, etc. Por lo tanto el cuerpo de manera inteligente comienza a convertirse en una máquina ahorradora de energía y combustible, favoreciendo la acumulación de grasa para generar reservas como respuesta a esta falta de nutrientes. De esta manera estamos quemando menos calorías/día que cuando empezamos nuestra dieta.
Desequilibrios hormonales y metabólicos: Las hormonas regulan todo, por lo cual entramos en un proceso en el que comenzaremos a afectar nuestra composición corporal, comenzando a perder músculo y grasa pero con una mala condición de salud. Esto es muy relevante ya que al tener menos masa muscular, quemaremos menos calorías porque el musculo influye directamente en el metabolismo de la grasa y los carbohidratos.
En nuestro estómago se libera una hormona llamada grelina, que es la que regula el apetito, si no comemos suficiente la grelina disminuye y envía una señal al cerebro para que aumente el apetito, logrando así que tarde o temprano la persona no pueda controlar el hambre y sufra atracones. Los atracones pueden fácilmente aportar 5000 - 7000 kcal (7.000 kcal nos hará ganar 1 kg. de grasa). Sumado a las adaptaciones que hemos sufrido en el período estamos más propensos a ganar kilos que una persona que no ha estado sometida a esta dieta restrictiva.

Que pasa al final


Una vez regresando a su alimentación habitual nuestro cuerpo está gastando menos calorías debido a lo mencionado anteriormente, por lo tanto estamos logrando así un balance energético positivo (gastamos menos que las calorías ingeridas) y comenzamos a subir de peso nuevamente, pero como nuestro organismo es inteligente y debe prever que puede volver a quedarse con poco combustible, se hace eficiente en ahorrar, logrando aumentar el % de grasa. Es así como recuperamos el peso perdido y terminamos con un aumento de la grasa corporal.
Por donde lo veamos dejar de comer o hacer dietas hipocalóricas ya no es algo positivo ni recomendable. Lo que debemos hacer es mejorar hábitos, perder grasa poco a poco de manera responsable, eficiente y sostenible en el tiempo.


Dato Kiprosport:
 

El tipo de alimentación influye, más aun si eres un sedentario.
Si realizas actividad física es bueno, aunque mejor aún si realizas ejercicio físico porque cumplirás con el objetivo de quemar grasa, si es dosificado de manera correcta por el profesional idóneo, al fin y al cabo es lo que quieres: bajar de peso quemando grasa, sin hacerte daño.

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